Desde nuestro nacimiento, podemos decir que nuestra constitución física está predeterminada. De esta manera podemos distinguir 3 biotipos corporales:
ECTOMORFO
Los ectomorfos se caracterizan por su delgadez y fragilidad del cuerpo. Presentan un tronco corto, hombros hacia delante y abdomen, brazos y piernas extremadamente débiles. También poseen una cara muy pequeña en comparación con la masa craneal, así como un cuello delgado y largo.
Los ectomorfos tienen dificultad para desarrollar masa muscular, pero en contraposición tienen menos porcentaje de grasa corporal y no les cuesta estar definidos.
MESOMORFO
Los mesomorfos presentan un aspecto cuadrado, con el tórax mas ancho que el abdomen, tienen brazos macizos y antebrazos poderosos, cuello musculoso. Los mesomorfos son fuertes y musculosos. Su cara es ancha y cuadrada, relativamente grande en relación con el cráneo.
Los mesomorfos tienen el biotipo corporal perfecto para ganar mucha masa muscular, pero tienen que trabajar mucho para no estar tapados por la grasa corporal.
ENDOMORFO
Los endomorfos presentan un cuerpo redondo y blando, tienen los hombros altos que esconden el cuello, mucha grasa en el tórax con abdomen voluminoso y poco relieve muscular. Los endomorfos tienen mucha facilidad para acumular grasa por lo que deben de ser muy disciplinados para conseguir definición.
Estos son los tres biotipos corporales en los cuales podemos clasificarnos. Sus características definen de forma fiable cada uno de los tres biotipos, sobre todo hasta la etapa adolescente, pues con el paso del tiempo es fácil encontrar por ejemplo una persona ectomorfa con abundante grasa abdominal, debido a su dejadez física, aún cuando siga conservando el resto de características que la definen. También podemos hablar de personas que no se encasillan perfectamente en uno de estos tres biotipos, pero por sus características predominantes podemos asignarles uno de los tres biotipos.
A pesar de la predisposición genética que cada uno de nosotros tenemos, con dedicación y esfuerzo podemos alcanzar todo lo que nos propongamos, siempre dentro de nuestros limites. Así pues, mediante unos hábitos alimenticios saludables y un programa de entrenamiento personalizado, puedo deciros sin miedo a equivocarme, que alcanzaréis la mejor forma física de vuestra vida. No caigáis en el error de justificar vuestra falta de progresos escudándoos en la genética. Con trabajo y dedicación todo es posible.