Un año más el verano toca a su fin, con él se van el calor, las vacaciones, la playa, las fiestas, las terrazas y un sinfín de actividades lúdicas y recreativas. Atrás van quedando los excesos hechos durante el periodo estival y poco a poco nos encaminamos hacia la rutina, la vuelta al trabajo, a los estudios o a la vida cotidiana.
Mucha gente durante el verano hace muchos excesos sin preocuparse de cuidar su alimentación y olvidándose de hacer ejercicio para mantenerse en forma, pensando que por unos pocos excesos no va a pasar nada. El problema es que un poco de aquí y otro poco de allí todo va sumando, y si a ello sumamos la inactividad física o la insuficiente actividad tenemos como resultado una excelsa capa de grasa que va recubriendo toda la musculatura del cuerpo.
Tenemos que tener en cuenta que a partir del tercer día de inactividad física el cuerpo va perdiendo tono muscular, acentuándose esa pérdida de masa muscular a partir de los 8 días de inactividad. Si permanecemos 3 meses inactivos sería como volver a empezar de cero. Es importante tener esto en cuenta, porque algunas personas se creen que una vez alcanzada “la forma” con hacer algo de ejercicio esporádico es suficiente para estar en forma.
Muy ligado al entrenamiento va la alimentación, pues si a la falta de ejercicio sumamos unos hábitos alimenticios poco saludables tenemos el cóctel perfecto para echar a perder buena parte de los resultados alcanzados durante el año. Como dato esclarecedor sirva decir que la ausencia de ejercicio regular provoca un descenso en el ritmo metabólico que conlleva un descenso del consumo calórico por parte de nuestro organismo. Si a este descenso del metabolismo basal le unimos el boom calórico consecuente de una mala alimentación tenemos un superávit calórico que nuestro organismo se encargará de transformar en grasa corporal.
Afortunadamente nuestro organismo es una máquina casi perfecta y es posible revertir estos excesos veraniegos poniéndose manos a la obra con un plan de ejercicio y alimentación adecuados, que con un poco de constancia, esfuerzo y dedicación nos lleven a alcanzar un cuerpo saludable por dentro y atractivo por fuera.
No esperéis más y poneros manos a la obra, vuestra salud y vuestro físico os lo agradecerán.