Todos los deportistas y personas que conozco han tenido dificultades en un momento u otro para conservar la motivación. Para encontrar una solución a esta falta de motivación lo primero que tenemos que hacer es encontrar la causa que la provoca, y luego idear un plan para superarla. Se trata de pensar en el entrenamiento como en algo que queremos hacer, y no como en algo que debemos hacer.

La falta de motivación puede a veces responder a algo tan simple como la falta de sueño o de nutrientes. La privación de las horas de sueño que necesitamos no permite que el organismo lleve a cabo los tan necesarios procesos de recuperación muscular y perjudica a la atención, lo que dificultará la concentración en el gimnasio. Un programa de nutrición adecuado también os ayudará a mantener la motivación, pues hará que vayáis viendo resultados constantes.
No tengáis vergüenza de ir al gimnasio con una pequeña libreta donde apuntéis las series, repeticiones, descansos entre series, etc. Estos datos no solo os servirán de guía para los próximos entrenamientos sino que os servirán de acicate para seguir progresando. Recordar que debéis aumentar los pesos empleados en cada ejercicio todas las semanas para continuar progresando, pues de nada serviría utilizar siempre los mismos pesos en cada ejercicio. El diario de entrenamiento es muy útil para estos fines.

Antes de iniciar cada ciclo de entrenamiento marcaros objetivos realistas y tenerlos siempre presentes. Una forma muy eficaz para hacerlo es tenerlos apuntados en una hoja que este en un lugar visible, pues de esta forma siempre tendremos presente nuestro objetivo. Las probabilidades de éxito aumentan exponencialmente cuando vemos nuestro objetivo escrito. Otra estrategia inteligente es marcarse un objetivo general mediante la consecución de objetivos pequeños.
Otra técnica imprescindible a emplear en el gimnasio puede ser la conexión mente-músculo, es decir, sentir en cada movimiento el músculo trabajado y no estar pensando en otras cosas. Para ello podemos utilizar técnicas como cerrar los ojos mientras realizamos el ejercicio o cuando trabajamos un ejercicio a 1 mano tocarnos con la otra esa área que estamos trabajando.
Otra técnica para mantener la motivación es no dejar que nos influyan los problemas cotidianos del trabajo, la familia, etc. en nuestro entrenamiento. Para ello debemos mentalizarnos antes de comenzar la actividad y “aparcar” esos problemas momentáneamente mientras estemos haciendo ejercicio.

Siempre digo a mis alumnos que la actitud lo es todo. Con una estrategia clara y unas metas bien definidas, sabréis en todo momento en que punto os encontráis y hacia donde os dirigís. Sabréis como os entrenaréis y que comeréis hoy, y toda la semana.
Cada ciclo de entrenamiento nuevo supondrá asimismo un nuevo estimulo tanto físico como mental. Evitareis el aburrimiento de ir al gimnasio y hacer siempre lo mismo, motivo por el cuál mucha gente abandona el gimnasio.
La ayuda de un entrenador personal es importante pues te guiará para que consigas tus objetivos con un apoyo y atención personalizada. Además te “empujará” para que hagas ejercicio en esos días que no tienes ganas de hacer nada.
Estos datos constituirán una información valiosa, que os permitirá avanzar con las ideas claras, y evitarán que nos apartemos de los objetivos.