Millones de personas en el mundo se entrenan en el gimnasio para ganar músculo y eliminar grasa, pero muchos se estrellan con una barrera aparentemente infranqueable que les impide avanzar y conseguir sus objetivos.

El cambio corporal es un proceso complejo y lleno de altibajos, y tarde o temprano llegará el estancamiento con independencia de la rutina y dieta que llevéis. El cuerpo posee una gran capacidad de adaptación, por eso es imprescindible sorprenderlo para que continúe progresando.
No esperéis obtener resultados si seguís haciendo las mismas rutinas una y otra vez y sin introducir cambios en la alimentación, pues es justamente eso, lo que os hará estancaros y parar de evolucionar. Otro factor clave para superar los puntos de estancamiento es aplicar la intensidad suficiente a vuestras rutinas de entrenamiento.

La intensidad es la fuerza física y mental que aplicáis a una acción concreta, es decir poner los cinco sentidos en cada repetición de cada serie entregando el 100% de vosotros, sin reservas. Si preguntáis a cualquier persona que se entrene, os dirá que se entrena con intensidad, pero pocos son los que lo hacen realmente.
A mis alumnos siempre les pongo un ejemplo muy clarividente. Compararemos dos corredores, un maratoniano con un velocista. El maratoniano corre largas distancias desde 20 a 40 Km. El velocista corre distancias más cortas desde 100 a 400 metros.

¿Cuál de los dos se entrena más duro? El maratoniano sin duda, siempre cuesta más esfuerzo correr 40 Km. que 100 metros. Ahora bien, ¿Cuál de los dos se entrena con más intensidad? El velocista sin duda, porque su esfuerzo y la intensidad que emplea es del cien por cien. El velocista corre al límite de su capacidad momentánea mientras que el maratoniano no podría completar su distancia si lo hiciera al cien por cien de su capacidad momentánea.
Si el maratoniano corriese a su ritmo los 100 metros lisos está claro que no alcanzaría resultados, que es exactamente lo que le pasa a mucha gente que deja de evolucionar. Así mismo, mientras que el maratoniano posee poca masa muscular, el velocista es fuerte y grande muscularmente hablando.

Extrapolar este ejemplo a vuestra rutina diaria y dar el 100% de vosotros en cada serie, siempre teniendo en cuenta que entrenar durante mucho tiempo no equivale a hacerlo más intensamente, pues son dos cosas totalmente contrapuestas. Es preferible entrenar durante menos tiempo y hacerlo más intensamente.
Aquí tenéis algunas de las claves del éxito. Ahora está en vuestras manos ponerse manos a la obra y aplicarlas sin reservas.